jueves, 2 de julio de 2015

Las leyes y la Iglesia en la República Bolivariana de Venezuela
¿Pueden ó no ser aceptados los homosexuales?
   
        Mientras que en  el viejo mundo, los países de la comunidad económica europea se unen y bajo sus lineamientos de defensa de de las minorías acuerdan apoyar a las relaciones homosexuales; en los países de Latinoamérica, se ha hecho difícil aceptar la existencia de esta preferencia sexual.

        Uno de los países que tiene como bandera la lucha por la defensa de este género,  es precisamente Holanda donde se logró legalizar el matrimonio homosexual en 2001, lugar donde se tomó como ícono  de la causa, a la niña Ana Frank por cuanto en su legado sobre la segunda guerra mundial y la devastación de los judíos, asoma en uno de los capítulos de su libro que soñaba con besar a otra adolescente con quien tenía contacto.

Recuerdo una vez que me quedé a dormir en casa de Jacque y que no podía contener la curiosidad de conocer su cuerpo, que siempre me había ocultado, y que nunca había llegado a ver. Le pedí que, en señal de nuestra amistad, nos tocáramos mutuamente los pechos. Jacque se negó. También ocurrió que sentí una terrible necesidad de besarla, y lo hice. Cada vez que veo una figura de una mujer desnuda, como por ejemplo la Venus en el manual de Historia de Springer, me quedo extasiada contemplándola. A veces me parece de una belleza tan maravillosa, que tengo que contenerme para que no se me salten las lágrimas. ¡Ojalá tuviera una amiga!

            Sin embargo, la decisión de Holanda, sienta sus bases en las Normas Internacionales sobre la Defensa del Derecho de Minorías y las orientaciones para su aplicación (1992), donde se incluye no sólo a las minorías nacionales, étnicas, religiosas y lingüísticas, sino también considera que es objeto de discriminación por otros: el género,  discapacidad, orientación sexual o identidad sexual particular (gay, bisexuales, transexuales o intersexuales).                
        Más allá de esta historia, se encuentra la situación en el nuevo mundo específicamente en América Latina, donde  Argentina, Uruguay y Brasil lucharon y materializaron con éxito esta causa.

        Al respecto, un estudio global publicado por Pew Research (2013) revela que Argentina, es el primer país de la región en legalizar el matrimonio gay en el 2010, encabezando la encuesta que apoya estas relaciones  mientras que  Chile, está en el puesto número dos.

       Así mismo, según El Diario La verdad de Maracaibo, en una publicación en Enero (2014) señala que en Uruguay también se legalizó la unión civil homosexual en 2013, convirtiéndose en el segundo país de Latinoamérica en permitir este tipo de unión. 

       Igualmente, en Brasil, el Consejo Nacional de Justicia (CNJ) legalizó en mayo pasado el matrimonio entre homosexuales, aunque aún no existe en el país ninguna legislación específica sobre el asunto, mientras varios activistas presionan para que se establezca claramente esa norma.

           Ahora bien, en la República Bolivariana de Venezuela se ha iniciado un proceso en el que pareciera que puede tomar auge la aprobación de estas uniones. Recientemente, se inició un proceso de recolección de firmas que fue llevado al Asamblea Nacional con el único fin de legalizarlo.

               Dice el Diario EL Nacional (2014),  que durante el mes de Enero, unas 40 organizaciones y movimientos sociales del país, avaladas por más de  20 mil firmas, acudieron a la Asamblea Nacional (AN) para consignar el Proyecto de Ley de Matrimonio Civil Igualitario en Venezuela, con el  objetivo de lograr que el Estado permita contraer nupcias a personas sin discriminación por orientación sexual ni identidad o expresión de género, con iguales efectos y formas de disolución establecidas en el Código Civil.

        Pero esta cifra hubiera sido  más alta. Algunos Venezolanos han manifestado que se solidarizan con la causa, por cuanto piensan que cada quien debe tener la libertad de decidir su  condición. Sin embargo, algunos no estuvieron dispuestos a firmar por cuanto corrían el riesgo de que otros pudieran pensar que lejos de ser heterosexuales, pudieran ser son homosexuales.

                     Lo cierto, es que ante la carencia de respuestas el conflicto entre la aceptación ó no de la homosexualidad continua por cuanto en ámbito religioso la disyuntiva es un hecho; porque  mientras que los católicos del  uniformismo ultraconservador o ultraprogresista  interpretan que en la Biblia se señala que solo se acepta a la mujer como mujer y al hombre como hombre; los  de la Iglesia centrada y pluralista interpretan el legado religioso y manifiestan que la iglesia es para todos: para el rico, el pobre,  enfermo, sano, y, así pues; para la mujer, el hombre y los homosexuales.

Ana Bárcenas

    

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